Siempre queda el amor 1998
Birdee Pruitt (Sandra Bullock) parece tenerlo todo: lleva años felizmente casada con el apuesto novio que se echó en el instituto, tiene una buena casa, y una hija despierta y sensible. Pero cuando su espléndida vida se desmorona a su alrededor, Birdee tendrá que comenzar de cero. Sin ningún otro lugar al que dirigirse, nuestra antigua reina de la belleza, acompañada de su hija Bernice (Mae Whitman) toma de nuevo el camino de Smithville (Texas), su hogar. Allí todo se le complica aún más. Tendrá que lidiar con una madre (Gena Rowlands), a la que, en realidad, ha de empezar a conocer ahora; ocuparse de una hija que añora desesperadamente a su padre; y enfrentarse a la perspectiva de volverse a enamorar. Pero a medida que Birdee, dominada por el desasosiego, emprende su nuevo camino, empezará a encontrar las fuerzas que necesita para reconstruir su vida.